Si dejamos que los pensamientos negativos adquieran poder sobre nuestra mente, podemos derivar en una depresión.
Muchas veces reservarse todas esas emociones puede acrecentar tu dolor y estrés, cuando hablar es una manera saludable de desahogarte y el primer paso para dar con las soluciones que necesitas.
Puede que hayamos tenido padres muy ocupados y que nos haya tocado gestionar el estrés de cada día sin el apoyo y la guía amorosa de estos adultos, lo cual puede haber sido muy agobiante.
Muchos de nosotros nos hemos vuelto expertos en evitar emociones desagradables. Esto se debe a que estamos distraídos de nuestras vidas ocupadas o simplemente no podemos hacer frente y manejar lo que podemos descubrir. El primer paso hacia la autocompasión es tomar conciencia de nuestro mundo interior: lo que nos provoca sentimientos de ira, asco o vergüenza; cómo reaccionamos instintivamente a estas emociones; el contenido (y el timbre emocional) de nuestro diálogo interno y cualquier bloqueo o resistencia que encontremos.
Toma conciencia: anota las frases que aparecen cuando algo no sale como esperabas y te enfadas contigo. ¿Qué te dice? Es muy probable que te hable de “tú”.
Estas 3 preguntas te permiten reflexionar sobre la importancia y veracidad de estos pensamientos intrusivos, su utilidad y sobre el bienestar o malestar que te provocan.
La ansiedad y los malos pensamientos o pensamientos negativos son una pareja que suele ir de la mano.
Nuestra propensión a causar angustia es una función evolucionada de lo que Gilbert llama nuestro cerebro «engañoso». Nuestro complejo sistema cognitivo, capaz de imaginar, de anticipar… es igual de propenso a detenerse en pensamientos negativos como “
1º El perfeccionista: Este crítico interno quiere que hagas las cosas a la perfección y sin problemas. Tiene estándares muy altos de desempeño, y cuando no los cumples, te ataca y te dice read more que sus acciones no son lo suficientemente buenas.
Comparación con los demás: La tendencia a compararnos con otros, exacerbada por las redes sociales y los ideales inalcanzables promovidos por los medios, puede conducir a sentimientos de insuficiencia y descontento con nuestras propias vidas.
Tu crítico interno no tiene por qué ser tu enemigo; puede convertirse en una guía sorprendente cuando sabes escuchar de forma diferente.
Establece límites con la rumiación: La rumiación constante sobre pensamientos negativos puede aumentar su impacto. Establece un tiempo limitado para reflexionar sobre ellos y luego cambia tu enfoque hacia actividades positivas.
El miedo al fracaso y la incapacidad de cumplir con los propios estándares imposiblemente altos pueden generar una crítica interna constante.
De esta forma podrás entender cómo surgen estos pensamientos negativos y conseguir aliviar la ansiedad que provocan.